martes, 11 de diciembre de 2012


El arte de transmigrar

“…Nunca regresamos a nosotros mismos completamente iguales; a veces volvemos inspirados, a veces apenados, pero siempre enriquecidos.” (pág. 24)

El cerebro tiene una arquitectura abierta, que le permite hacer nuevas conexiones entre las neuronas cada que adquirimos una nueva habilidad; Esto ha permitido que el camino del cerebro al lado de la lectura haya generado cambios sustanciales en nuestra forma de reflexionar y ver el mundo.
Antes del alfabeto actual conocido, el cerebro tuvo un proceso de cambio en su estructura atreves de las primeras escrituras prealfabeticas como la cuneiforme sumeria, jeroglíficos egipcios y escritura protoalfabética; que al igual que el abecedario actual buscaban representar el conjunto finito de sonidos en un grupo finito de letras.

Lograr el aprendizaje de estas representaciones del sonido, se debe a la especialización de aéreas del cerebro básicas que son la vista y la audición mediante se van formando nuevas conexiones. Estas conexiones entre las neuronas son diferentes para cada idioma, pero representan los mismos cambios en el cerebro.
Los cambios del cerebro con respecto al alfabeto, no son específicamente la producción de nuevas ideas, sino, la eficiencia del alfabeto, que permitió que la generación de ideas fuera más accesible a más personas, y a una edad más temprana. Una revolución intelectual, como dice Wolf, en tres contribuciones principales: el pensamiento novedoso, la incipiente democratización del pequeño cerebro lector y el incremento en la conciencia del habla que permite el aprendizaje de la lectura.

Pero esta transformación que vemos tan positiva en la historia del ser humano, no fue bien recibida por todos; Sócrates tuvo tres objeciones con respecto a la lectura: la rigidez de la lengua escrita, la destrucción de la memoria y la pérdida de control sobre el lenguaje. Sócrates murió antes de ver los cambios intelectuales en las personas gracias a la lectura y hoy nos encontramos con las mismas objeciones respecto al lenguaje virtual y multimedial al que nos enfrentamos las nuevas generaciones, ¿no es este cambio también positivo?, ¿Qué transformaciones en el pensamiento humano tendrá?.

La mayoría de jóvenes, somos positivos frente a la tecnología, pero algunos también nos sentimos identificados con las letras y esos pasajes literarios de fantasía que nos hacen trasmigrar, así que defendemos la idea de tener un equilibrio entre el lenguaje escrito y el lenguaje multimedial.

Esta idea la defendemos por dos razones, primero porque la tecnología representa una herramienta importante en nuestro aprendizaje y segundo, porque después de leer el texto de Wolf, Cómo aprendemos a leer, nos volvimos conscientes del trabajo del cerebro al comprender lo escrito.

Este trabajo, no solo comprende el instante en el que se lee una palabra, sino, las conexiones que se hacen a lo largo de la vida gracias a la lectura; pasamos de ser prelectores incipientes a lectores noveles, luego a lectores descifradores, después a lectores de comprensión fluida y por último, lectores expertos. Pero este camino no es lineal, pues cada que nos encontramos con algo nuevo, como por ejemplo un idioma diferente al natal, podemos devolvernos en las etapas de lector, haciendo del camino un recorrido cíclico.

No tenemos certeza si es positivo o negativo la revolución del lenguaje que atravesamos, porque es algo que sabe sobre el camino, pero consideramos, debes ser consientes de esta transformación, y de lo valiosa que es la lectura, no debes echar por la borda, estos dos milenios de aprendizaje, pero tampoco nos debemos cerrar a lo nuevo todo sea en pro del verdadero conocimiento, como diaria Sócrates de la virtud humana.

Wolf, M. 2008. Cómo aprendemos a leer. Barcelona: Ediciones B

Estefanía Álzate Sepúlveda
Brayan Hernández
Daniela Arbeláez Suárez

viernes, 26 de octubre de 2012

Escribir, un conjunto de diferentes procesos de pensamiento


Texto: Describir el escribir
Autor: Daniel Cassany
Capítulos 3 y 4: ¿Qué es el proceso de composición? y Un proceso cognitivo.</b>

Cassany en su libro, a través de cada capítulo, describe las diferencias entre un mal escritor y un buen escritor, enumerando las habilidades y estrategias que tiene este último para utilizar su conjunto de conocimientos en la elaboración de un buen texto.

En el capítulo ¿Qué es el proceso de composición? se habla sobre la prosa de escritor y la prosa lector, exponiendo sus principales características y su implicancia en el proceso de composición. Cassany argumenta que para hacer un buen escrito, se debe utilizar las dos prosas, en primera instancia, la prosa de escritor que es la expresión escrita del autor para él mismo y luego, en el intento de comunicar información al lector, utilizar la prosa de lector.

El capítulo caracteriza un buen proceso de composición en varios aspectos: primero, tener conciencia de la audiencia y de lo que se quiere decir; segundo, planificar el texto, hacer un esquema mental; tercero, releer a medida que se redacta para continuar con el hilo de la idea y hacer revisiones para ir corrigiendo y cambiando si se desea; cuarto, utilizar material de apoyo para extraer información que no se tiene y se necesita como por ejemplo: diccionario, y por ultimo utilizar las habilidades relacionadas con la comprensión lectora para hacer esquemas y resumir textos en cuanto a la producción de un escrito.
El capítulo Un Proceso Cognitivo, nos presenta una serie de diversas operaciones intelectuales y procesos de pensamiento que un escritor regula y organiza durante el acto de la composición.

Nos da entonces a conocer dos métodos para la composición: el análisis introspectivo basado en que los escritores recuerdan, describen y analizan ellos mismos lo que han estado haciendo mientras componían el texto, y el análisis protocolario, en el que se hace énfasis por su eficacia, en el cual los escritores no analizan ni juzgan lo que han hecho, sino que sólo lo verbalizan mientras lo están haciendo; generalmente para la realización de éste análisis, los escritores dicen en voz alta lo que hacen en el momento en que lo hacen y una cinta de cassette graba todo, de ésta manera se incluyen los detalles más importantes de éste proceso. El modelo de análisis protocolario consta de una situación de comunicación, de la memoria a largo plazo y de los procesos de escritura. La situación de comunicación incluye todos los elementos externos al escritor, dentro de ésta se observa el problema retórico que es un conjunto de circunstancias que hace que se ponga a escribir, como el tema , la audiencia y los propósitos, Ahora bien, la memoria a largo plazo del escritor es la que almacena todos los conocimientos sobre el tema del texto y sus diferentes tipos, cuando el autor recurre a ésta utiliza una simple “clave” que le puede abrir las puertas a conocimientos concretos que tiene almacenados y que necesita, dicha memoria tiene una estructura interna propia, es decir, cuando el autor pide información la obtiene estructurada en la forma que la grabó.

Igualmente dentro del análisis protocolario se encuentra el proceso de escribir, el cual está a su vez conformado por los procesos básicos de planificar, redactar y examinar. Planificar consiste en que el autor se hace una representación mental de las informaciones que contendrá el texto, en el redactar el escritor transforma las ideas que tiene en lenguaje visible y comprensible para el lector y en el examinar decide releer todo lo que ha escrito y planificado anteriormente, aquí entran en acción dos subprocesos igualmente fundamentales: la evaluación, que es cuando el autor valora lo que ha hecho y lo comprueba, y la revisión, que es cuando el autor modifica algunos aspectos del texto o de los objetivos iníciales. Al mismo tiempo que se desarrollan estos métodos mentales de escritura, surge la figura del monitor, para controlar y regular todas las actuaciones de éstos procesos y subprocesos durante la composición.

Sabiendo ahora entonces todo el proceso que requiere el análisis protocolario, debemos tener en cuenta que éste funciona puesto que los procesos mentales de la composición tienen una organización jerárquica y concatenada según la cual, cualquier proceso puede actuar encadenado a otro.

Cassany, nos invita entonces, a hacer provecho de la utilización de las dos prosas, que son las que dan las pautas de un buen proceso de composición de un escrito y a hacer uso de los diferentes procesos mentales y de métodos como el análisis protocolario para llevar a cabo con eficacia dicha composición.

Elaborado por:
Estefanía Álzate Sepúlveda
Brayan Hernández
Daniela Arbeláez Suárez